Las vidas del gato
Por: Sergio Jiménez
Gracias a una amiga del trabajo
es que se pudo realizar una de las conversaciones más entretenidas e
interesantes de mi vida. Jesús el “gato” Purizaga, arquero de gran recorrido en
nuestro fútbol, hoy en Miami, es el tío de esta amiga y ella el nexo para poder
realizar establecer el contacto.
Cómo es su día a día era la
primera inquietud, pero es mejor empezar por el principio, es así que pasamos
de “¿Cómo es?” a “¿Cómo era su día durante su actividad deportista?”. En esos
tiempos, 80’s, la vida era más sana más natural, después de los entrenamientos
y sus alimentos, bajos en grasa, el gato tomaba ‘quinua’ “en ese tiempo no había lo que todos toman ahora el Gatorade y con la
quinua recuperábamos las sales que perdíamos”, es así que llevar una vida
sana lo llevó a colgar los guantes a los 40 años.
En cuanto a bebidas la ya
mencionada quinua y los refrescos eran los más comunes, pero cuando se podía,
generalmente los lunes ya que era el día en que descansaba, se daba un tiempo
para disfrutar unas cervezas con los compañeros de equipo o amigos del barrio,
don Jesús tenía en Cajamarca un local donde vendía licor, así que trago no le
faltaba y aunque le pregunté si no era una tentación tener todo ese licor al
alcance de su mano, el buen Purizaga me dijo “Claro que era una tentación, pero me gustaba más el fútbol”.
Ahora su vida sigue ligada al
fútbol formando arqueros en Estados Unidos y dedicándose también al arbitraje,
ahora el “gato” me indica que por fin entiende a los árbitros que muchas veces
cobran cosas que no nos gustan, “Mira el árbitro
tiene que tomar decisiones en milésimas de segundo, eso es lo complicado y eso
que me dices tú, también me lo dijo el señor Enrique Labó ahora me entiendes
cuando te ponías malcriado”.
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