martes, 11 de diciembre de 2012

Roberto Challe y su pasión por la hípica: Corriendo sin el balón

El fútbol no es el único deporte que apasiona al ex jugador de Universitario de Deportes, pues Roberto Challe es también un ferviente seguidor del mundo de la hípica.


(Fuente: Isil.pe)

PABLO BERMÚDEZ @pbermudezdc

"Apuesta poco y recibe un buen premio" es la frase que recuerda Roberto Challe de su padre, quien fue precisamente el que lo convirtió en un amante de la hípica. A pesar de no contar con caballos propios, disfruta mucho del ambiente que rodea al mundo ecuestre y siempre que tiene la oportunidad, acude a ver las carreras.

Antes de ir al hipódromo, el 'Niño terrible' pasa a recoger a su amigo desde hace muchos años y ex futbolista de la selección peruana, Eugenio 'Chispeao' La Rosa. "Yo no juego a los caballos, pero aquí adquirí cultura general, sé conversar, sé que un segundo son cinco cuerpos", dice Challe mientras va llegando al recinto. 

Desde pequeño vivía en Magdalena y acostumbraba ir con su padre al Hipódromo de Monterrico. En ese lugar fue naciendo poco a poco su afición por la hípica. Haciendo el recorrido en el auto de Challe, pasaron por un camino de trocha por todas las caballerizas a 20 kilómetros por hora, la velocidad máxima permitida ya que hay gente que vive ahí adentro. 

Dentro de una de las caballerizas, Challe bromeaba con todos los peones y conversaban en términos de hípica sobre innumerables anécdotas. Al ver una yegua que estaba siendo sacada recordó: "Una vez tuve una yegua, la compré junto con Federico Roggero, a quien antes veía muy seguido. Era hija de Proclama, que a su vez provenía de la sangre de uno de los más grandes de la historia de la hípica en nuestro país, el argentino Postín. La compramos en una cantidad fuerte".

Al preguntarle por la mejor carrera que recuerde respondió sin pensarlo dos veces: El Gran Premio Carlos Pellegrini que ganó Santorín. El caballo ganó en esa ocasión por catorce cuerpos en una cancha pesada como la arena del Hipódromo Argentino de Palermo. Fue una de las carreras más recordadas no sólo por Roberto Challe, sino por todo el Perú. 

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