domingo, 10 de julio de 2011

La remodelación del Estadio Nacional

Ya falta poco para que nuestro mítico coloso sea inaugurado. Los trabajos están en su última etapa. Es de esta manera como nuestro estadio va quedando.

Por: Leonardo Alfaro Altamirano



Es una alegría total la que podemos presenciar hoy. No hay duda de que nuestro Estadio Nacional está quedando espectacular. A pesar de que su apariencia ha cambiado aún se puede percibir una energía especial al entrar. Observo la cancha y la imponencia del estadio y no tengo palabras para describirlo. Simplemente es alucinante.

Cada vez falta menos para su inauguración, la cual ya me puedo ir imaginando. Es un estadio de primer mundo. Es un coloso que no envidia a nadie. Es un gigantesco aposento que escribirá nuevas historias. Sólo esperemos que esos relatos únicamente tengan felicidad y dicha.

Serán 47 mil personas las cuales podrán ingresar. Quienes se deleitarán de este monstruo creado por la tecnología y la mano de obra de muchos hombres que al día de hoy siguen trabajando. Todas las tribunas cuentan con butacas personales. Las cuales son muy cómodas y tienen una peculiaridad. No tienen respaldar. Suena incómodo, pero para nada lo es.

Pero quienes tienen un espacio más personalizados son los palcos obviamente. Estos cuentan con un baño y lavadero propio, aparte de las butacas. Para acceder a estos lugares, se tiene que ascender por unas escaleras que parecen no tener fin. Lo ascensores todavía no funcionan.

Aún los trabajos no cesan, se han están haciendo obras en los salones de la parte de occidente. Las duchas de los camerinos no están listas al igual que la pista atlética, en la cual se ha colocado una especie de alfombra azul. Algo que llama la atención, es el tiempo que tomará limpiar todo el estadio, el polvo y la tierra son dueños de cada rincón del Nacional.

El estadio es una majestuosidad, no hay quien lo pueda negar. Pero no es del agrado de cierta parte de la población. La mayoría de personas dicen cosas como: “Arquitectónicamente está una belleza” o “Bueno ya tenemos un estadio para competir con grandes ciudades”.

Pero hay otros que rechazan la remodelación y no por un amor a la estructura antigua sino porque les parece un mala inversión. Sienten que hay problemas más importantes los cuales abordar. Estas personas declaran cosas como: “Está quedando bien, pero una inversión muy mal” o “El encargado de esa obra debe informar a la opinión pública cuanto se ha gastado”. Hay diferentes opiniones pero jamás se podrá negar, que hoy tenemos una belleza limeña más que admirar.

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