jueves, 3 de mayo de 2012

¿Te acuerdas de esta foto?



Por: Sergio Jiménez

Un trabajo del instituto fue el pretexto para desempolvar los viejos álbumes de fotos que mi mamá guarda con mucho cariño, son el único recuerdo que ella tiene de cuando aún éramos adorables e inocentes.

Eran las 7:15 de la mañana y yo estaba apurado por irme a trabajar mientras mi mamá buscaba entre sus tan atesorados álbumes una foto como la que le pedí, finalmente la encontró me la mostró y me preguntó ¿te acuerdas de esta foto? Apenas alcance a ver la foto por el apuro así que solo atiné a hacer un gesto afirmativo con la cabeza y salir.
Ya camino al trabajo recordé la pregunta y la imagen de la foto vino a mi mente casi tan rápido como conducía el chofer de la combi, era una foto del colegio y por mi cara debía ser del cuarto o quinto de primaria del colegio “Florecillas de San Francisco” donde estudie cuando vivía en San Juan de Lurigancho.

En la foto se ve un niño gordito con un buzo más negro que la noche, polo blanco y una cinta roja en la cabeza. Visualicé la imagen en mi cabeza durante unos minutos, mientras la combi agarraba la avenida Salaverry, y recordé la escena era un taller de kung fu del colegio al que asistía más que por convicción propia por el entusiasmo de mi mamá, en ese tiempo debido a mi peso ella me inscribía en cuanta actividad deportiva se cruzaba en su camino fue así como llegue a practicar kung fu, taekwondo, básquet y natación todos por elección de mi mamá -ya que yo no tenía ni voz ni voto a la hora de elegir el deporte que quería practicar, debe ser por eso que soy un pésimo futbolista-, a pesar de inscribirme en tantos deportes todos los intentos de mi madre por hacer que baje de peso fueron un rotundo fracaso y quienes me conocen pueden dar fe de ello.

No pude alejar mi pensamiento de esa foto hasta una voz me trajo de nuevo a la realidad. – “¡A ver, a ver los que bajan en la Arequipa!”.
Después de ello lo único que me vino a la mente con respecto a aquella foto y mi niñez fue la triste reflexión que mi vida como deportista terminó casi tan rápido como el paseo en combi desde la avenida Brasil hasta la Arequipa.

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