Fuente: Isil.pe
FELIPE CASAPIA COELLO @Pipemarcel
Jorge Mc Farlane tiene una sacrificada labor como deportista de alto rendimiento. El atleta múltiple campeón sudamericano y panamericano no solo suda la gota gorda con las exigentes prácticas y las horas en el gimnasio, también debe batallar contra las limitaciones de infraestructura, entre otras.
Ingreso al lugar donde fortalece su musculatura y rápidamente comprendo la realidad del deporte peruano. Un pequeño gimnasio bajo la tribuna de la pista atlética es el territorio de Jorge durante las mañanas, allí pasa un promedio de dos horas diariamente, pero la rutina no termina allí. A las dos de la tarde retorna a la intersección de Canadá con San Luis para continuar con sus entrenamientos.
Es el turno de los trabajos de campo en la Videna con Oscar Valiente, su mentor en este deporte. Representa al club Canguros y pese a ser el atleta más destacado del equipo, comparte y turna las instalaciones con pequeños escolares talentosos que se inician en la velocidad. - ¿Qué se puede hacer?, son gajes del oficio o mejor dicho de un deportista peruano.
Esto es por ahora, en verano. En época académica Jorge Mc Farlane debe combinar los entrenamientos con su otra pasión: la administración. El atleta cursa el noveno ciclo de esta ordenada profesión en la Universidad de Lima y admite que muchas veces es complicado rendir exámenes finales sin haber asistido a clases por los constantes viajes que debe realizar.
Cuando el manto oscuro cubre el cielo anunciando la noche Jorge llega a su domicilio. Queda un poco más de tiempo para disfrutar antes de ir a dormir, comparte en familia las últimas horas que le quedan. Pronto Morfeo influenciará en su inconsciente para caer rendido sobre una cama. Momento de paz y la culminación de un agitado día, por lo menos hasta el día siguiente, cuando despierte y parta rumbo a su segunda casa: La Videna. Todo en beneficio del Perú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario