Por: Marco Escudero
Lo más rico de un gol es cuando gritas al último minuto. Así me sucedió una tarde de un sábado en el estadio San Martín. Anderson Cueto hizo que después de un año (el último fue del el ‘Vagón’ Hurtado a Estudiantes cuando anota el segundo gol por la Libertadores 2009 en el mismo escenario) que grite de una forma eufórica. A veces me pregunto ¿quién habrá inventado esa palabra bendita llamada GOL? O porque se siente una sensación impresionante. Desahogarte cuando lo gritas. No lo sé.
Era la primera vez que Cristal iba a jugar en el recinto celeste ante su archirrival Alianza Lima. Había gran expectativa. Los blanquiazules luchaban por el titulo y los celestes por clasificar un torneo internacional. Era la primera vez que veía sentado, como hincha, ese partido en la tribuna occidente. Esa entrada me costó 70 soles. Era la primera vez que había pagado esa cantidad de plata para ver a mi equipo.
Lo curioso me dio al ver al gerente general de los bajopontinos, Juan Carlos Oblitas, sentado junto a Gustavo Zevallos, gerente deportivo, en el palco. Viviendo el partido. Este último era simpatizante de Alianza. En cambio Oblitas, no lo sé, pero parece que es solo simpatizante de Cristal porque es hincha de la “U”.
“Pacho” Alarcón, presidente de los victorianos, estaba, también, junto con los dirigentes cerveceros. Los hinchas de Alianza, que estaban pegados hacia la tribuna norte, insultaban a los directivos rimenses. No me causaba nada extraño. Era algo normal de un clásico. Era una fiesta. Ambas barras querían ganar. Yo hacía presagiar que era empate porque no faltaba nada para acabar el partido, pero llegó el minuto 44’ y Anderson Cueto me hace saltar como un niño de cinco años que recién grita un gol. Era impresionante el desahogo que había botado en ese momento. De frente miré al palco. Zevallos y Oblitas cómo lo gritaban. Fue algo extraño porque ambos no son hinchas de Cristal, pero vivieron el partido.
Al termino del partido, los periodistas se van al palco y entrevistan a ‘pocho’ Alarcón en la escalera donde se baja para ir al acceso de prensa, pero el error de ellos (periodistas) fue que lo entrevistan cuando por esa escalera baja la barra de Cristal de occidente y le dicen de todo. Alarcón nomas les miraba y tuvo que decir a la prensa: “vamos a hablar abajo”.
Esa tarde salió redonda para los celestes. Fiesta, triunfo, gritos, insultos. Todo. Quizás sea el último partido que lo viví como hincha, porque ahora lo veo como periodista.
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