El ex jugador de la selección nos habla de su extraordinario paso por la selección y el DIM de Colombia, donde marcó un gol espectacular.
Por Diego López Alvarado
Eduardo Malasquez fue uno de los mejores mediocampistas que tuvo el fútbol peruano en la época de los 80. El ex volante nos cuenta los detalles de su posición en la selección que dirigía el Tim y como llegó a marcar uno de los mejores goles del fútbol colombiano.
¿A qué edad llegó a la selección?
Debutó a nivel de selección juvenil a los 15 años con Lucho Zacarias, quién es que dirige a Perú en el torneo juvenil del año 75. Invita a dos jugadores que éramos Eduardo Rey Muñoz y a mí para entrenar con la selección juvenil, la gente pensaba que teníamos más edad pero éramos chiquillos, estábamos invitados pero sabíamos que no íbamos a quedar, como no quedamos, pero era ir alternando con otra categoría, otro peso y otro nivel. Después es el mismo Lucho Zacarias, el que me hace debutar profesionalmente en el Municipal en el año 77, ya había tenido algunos partidos jugando como pre juvenil alternando en municipal pero sin debutar. Con la camiseta nacional ya de mayores en el año 79, que es el mismo Lucho Zacarias, quién me hace debutar jugando ante Uruguay, cuando el centenario de Montevideo cumplía 75 años de fundado y es anecdótico porque pienso que la invitación pasaba porque Uruguay quería invitarnos para pegarnos una goleada por su aniversario, pero al final el partido termino 1 - 1 y le arruinamos la fiesta.
El Tim le decía usted el puntero mentiroso, a la gente de mi generación que no lo vio jugar ¿Cuál era su labor dentro del campo?
Lo que hace Tim, que dicho sea para mí es el estratega más brillante que ha venido para el país o por lo menos lo que me ha tocado a mí. Había el problema de que Juan Carlos Oblitas que jugaba de puntero izquierdo en la selección estaba en Bélgica y de puntero derecho el titular era Gerónimo Barbadillo y él estaba actuando en México, como estaban en sus campeonatos y era complicado que vinieran. Después de las eliminatorias, Tim empieza a preparar el equipo y lógicamente a preparar aquellos de manejar otros conceptos tácticos ante la ausencia de Oblitas y Barbadillo. Empezamos hacer partidos y Tim empieza a bosquejar un equipo para encontrarle una posibilidad, una respuesta a esos jugadores que no iban a poder estar, ahí es que convoca a Germán Leguía que actuaba por izquierda y yo por derecha, a los dos nos decían puntero mentiroso. Él nos bautizó así, pero la prensa siempre le preguntaba, profesor vamos a jugar sin punteros, y él decía claro que vamos a jugar con punteros, pero son punteros mentirosos y la prensa siempre decía ellos no son punteros (Leguía y yo) como van a jugar como punteros, habiendo punteros, pero como había un medio campo que tenía mucha exquisitez, mucho talento, mucha habilidad, mucha inteligencia para jugar, pero faltaba marca y Tim lo que hace es generar ese movimiento para que funcione el equipo, entonces cuando no teníamos la pelota nuestra labor era cerrarnos y venir armar un trio con José Velásquez, jugaba Velásquez de 6, Germán como puntero izquierdo y yo de 8, en función netamente de mediocampistas y tratar de recuperar la pelota, que no era nuestra principal condición o virtud, pero lo hacíamos porque estábamos más jóvenes y había la capacidad física para hacerla y las ganas.
Tras las buenas actuaciones con el Municipal y la selección, llega su pase al DIM ¿Cómo fue ese paso a Colombia?
El 83 hacemos una gira para jugar en Colombia y Venezuela, jugamos primero el cuadrangular en Venezuela y va el Junior de Barranquilla, el Deportivo Táchira de Venezuela, el Deportivo Municipal y el San Cristóbal, justamente jugamos en la ciudad de San Cristóbal, en la frontera de Venezuela y Colombia, en Cúcuta. Jugamos el cuadrangular y entre los asistentes que fueron a ver el cuadrangular estaba Julio Avelino Comesaña, que dirigía al DIM. En realidad como el mismo nos confesó en el momento, fue para ver otros jugadores, pero cuando nos vio a nosotros jugar antes Junior, o sea meterle un baile al Junior que en ese tiempo era un equipazo, como lo vemos hasta ahora en Colombia, era un equipo que jugaba muy bien al fútbol, porque era un equipo que metía mucho y que en realidad era un rival bastante complicado y Julio Avelino nos decía que en realidad aparte de lo futbolístico le gustó el carácter, porque hubo una bronca, el partido termino y todos en el mismo hotel igualito conversando y nos hicimos patas con mucho de los colombianos que después ya alternamos en el futbol colombiano, pero a raíz de eso Julio Avelino entabla el acercamiento, la comunicación con la gente de Deportivo Municipal y el DIM manda a su empresario encargado a negociar nuestro pase.
Mis respetos por el golazo que marcó que fue conocido como la ‘Malasqueña’ el narrador que es Javier Hernández Bonnet ¿Hablo después con él?
Hay una anécdota muy tierna, muy linda y tengo las dos narraciones que parecen brillantes, ojo y son tan brillantes no por lo que me tocó, sino por la narración en sí. La vuelvo escuchar y me emociona, me eriza, esta narración de Hernández Bonnet, fue el que hicieron el disco de la ‘Malasqueña’, sacaron 35 000 copias en un disco de tamaño de 45 pero era 33 revoluciones por minuto. Sacaron el disco y al siguiente partido cuando lo sacaron a la venta, antes del partido ya no había ningún disco, 35 000 copias vendidas en tiempo record. La narración de él y la narración de Munera Eastman, por ejemplo Bonnet dice métalo, Malasquez, Malasquez, Malasquez y es la parte en que se desespera y dice métalo, claro verlo desde la tribuna es diferente, no digo que sea fácil, si digo que las perspectiva son distintas. La gente empieza a gritar cuando ya eludo, me meto, porque la pared es larga, la pared viene de la media cancha y no se toma en la grabación, paso sobre cuatro defensores y al arquero dos veces. El arquero piensa que le voy a tocar en primera, pero lo veo que me achica, que era Gasparoni, el arquero de Unión Magdalena, lo sacó y me voy con la pelota hasta el final de la raya, en la raya engancho de izquierda, desde ahí ya estaban los gritos y la gente parada gritando, de nuevo le quiero pegar y veo de reojo que uno de los centrales cierra, se estrella contra el poste porque era la única manera que la meta ahí, se tira con todo chocando contra el poste y yo lo engancho de izquierda, cuando le voy a pegar de derecha, lo veo a Gasparoni otra vez que se recupera. Como esta arrimado hacia el medio, lo amagó, se tira y lo vuelvo a enganchar y yo cuando levantó la cabeza otra vez no veo espacio, estaba toda la defensa ahí, eso es el lado de Hernández y el narrador Munera Eastman es brillante. Porque hay una parte en la que él dice llorando, mi mamá no me lo va creer, se lo voy a contar pero no me lo va creer, lloren Samarios por lo de santa marta de Unión Magdalena, pero su narración también espectacular y tierna lo de Hernández Bonnet, después que hemos conversado y él lo tiene referido a un artículo que tiene escrito y que está inscrito en la página de RCN, la anécdota que él cuenta es que días antes había fallecido su mamá, su mamá es hincha fanática del DIM y él también. Él no iba a ir al partido, porque estaba con todo el duelo y él me cuenta Eduardo fui, y mi mamá desde el cielo te lo agradece, porque eso yo lo sentí un homenaje a mi madre.
El gran volante de los 80 sigue involucrado en el fútbol, pero ahora lo hace de manera de comentarista en el programa Entre Peloteros, analiza el torneo local y comenta diversos partidos de UEFA Champions League y la Europa League.
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